viernes, 1 de junio de 2012


Una vez, me contaron un cuento, él era, buff como era, era el príncipe perfecto, no era el príncipe que cualquier princesa habría querido vestido con esmoquín rosa y montado en descapotable, este solo era un chico problemático de otra ciudad. 
La distancia jamás había podido ser un impedimento para nosotros, el me trataba como si fuese algo más una simple chica perdida entre millones en este absurdo mundo, me hacía sentir no solo como algo, si no como alguien.
Quizá le agovié, igual la cagué aferrandome tanto, fui tan tonta que no llegué a la conclusión de que un día se tendría que estropear todo.
Habíamos creado una búrbuja, supongo que el no la echa de menos nunca más, yo sigo viviendo en ella, por si él un día vuelve y me encuentro con sus manos.
Para qué voy a contarle lo mucho que aun sufro cada día? para ser otra carga para él? para parecer demasiado persistente? Pero esque es cada noche, cada día, para que voy a mentir si sigo llorando por alguien que no siente lo mismo por mí, por alguien que no leerá esto jamás, no creo siquiera que le importe.
Estoy tan cansada de estar aquí, me quedo atrapada en mis miedos de la infancia, y si te tienes que ir, prefiero que te vayas rápido, porque tu presencia seguirá aquí , y no me dejará sola.
Asique dime, de qué coño sirve si tu ya no estás?
            


            Te quiero,

                               Patry.


No hay comentarios:

Publicar un comentario